En la Asamblea General de la ONU de 2015, 193 Estados miembros de las Naciones Unidas adoptaron por unanimidad la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que contiene 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a ser alcanzados de aquí a 2030.
Se ha demostrado que las ciudades y los asentamientos urbanos serán clave para alcanzar los ODS mundiales. Esto se debe a que los ODS entran en vigor en un mundo cada vez más urbano, puesto que más de la mitad de la población mundial ya vive en las ciudades. La urbanización ha generado algunos de los mayores desafíos para el desarrollo en el mundo, pero también nos brinda enormes oportunidades para impulsar nuestro desarrollo sostenible.
Es por ello por lo que para las alcaldías y dirigentes locales que trabajan para mejorar la calidad de vida en entornos urbanos, los ODS ofrecen una hoja de ruta para lograr un desarrollo urbano más equilibrado y equitativo. Es momento de ser consciente que nuestra ciudad, al igual que el resto de ciudades del mundo, aspiramos a incrementar la prosperidad. Nuestra implicación, por ende, es fundamental debido a que cuando estos objetivos ciudadanos y locales están alineados con los marcos existentes de planificación y con las prioridades del desarrollo, pueden llegar a fortalecer los resultados en materia de desarrollo, llegando incluso a proporcionar recursos adicionales para los gobiernos locales, repercutiendo favorablemente en nuestros interés como vecinos y ciudadanos de a pie en un mundo cada vez más globalizado.
Debemos mirar hacia adelante y comprobar que ya muchas ciudades del mundo están a la vanguardia en acciones relativas a desarrollo sostenible y cambio climático y están bien preparadas para implementar los ODS. Razón de más para atestiguar nuestras limitaciones, teniendo en cuenta que los gobiernos urbanos y locales a menudo tienen dificultad para impulsar acciones de desarrollo sostenible, debido a una serie de limitaciones variadas. Empezando por la falta de competencias políticas, siguiendo por las capacidades fiscales limitadas y llegando incluso a la falta de acceso a financiación para el desarrollo, a bajos niveles de capacidad institucional, a falta de cooperación e integración gubernamental consolidadas entre los diversos niveles, así como a la falta de capacidad para atraer o ser parte de alianzas sólidas de múltiples partes interesadas.
Es por ello que, como ciudadanos, debemos ser cada vez más exigentes para asegurar que si no se reconocen y abordan los desafíos que enfrentan los gobiernos locales en muchas partes del mundo, la localización de los ODS no beneficiará a la mayoría de la población urbana mundial, ni logrará crear estructuras sostenibles de gobernanza y limitará la consecución de resultados sostenibles en un marco de futuro que nos ataña a todos.