Está claro para muchas personas que la única manera de estar a salvo es invirtiendo en sí mismas una y otra vez.
Sabemos que el mundo cambia. “Cuando todo cambia el que cambia no siempre gana pero el que no cambia, siempre pierde”.
Ya se sabe que lo que estemos haciendo en este momento tendremos que dejar de hacerlo en algún otro momento, ya sea porque un sólo proceso tecnológico puede cambiar un montón de sectores. Y usted ya sabe de esos casos.
Si echamos la vista atrás y evaluásemos los últimos 10 o 15 años, vernos cómo hemos estado en el plano económico, ¿Qué sensaciones nos provocaría si ponemos dichos ingresos en una gráfica de ingresos – tiempo?
Seguramente, resultados mediocres, porque el nivel de ingresos empresariales, de resultados, estará en la franja de 1000 a 3000 euros/mes, y aún así, nos conformamos.
Aquello de mal de muchos parece seguir consolándonos.
La pregunta sería: ¿hasta dónde se puede llegar hacia arriba? Estamos en esa franja actual porque eso es similar a los datos macroeconómicos, de la mayoría; la mayor parte de los negocios replica los resultados de la mayoría.
¿Hay alguien que le interese crecer constantemente, logrando que el mayor agente de resultados sea Ud. mismo y no replicando a la mayoría?
Si es así, hay que modificar el foco y poner el foco en sí mismo. Evidentemente también influye el saber reaccionar, evolucionar, crecer, y qué, el modificar procesos no da resultados inmediatos, pero cuanto antes se invierta en uno mismo pasando de hacedores a transformadores para el cambio organizacional, el liderazgo empresarial y la búsqueda de objetivos empresariales tanto a corto pero más importante a largo plazo, llegarán, siendo lo más humildes posibles, con confianza en sí mismos y poniendo el foco en ser mejores personas si cabe porque un buen profesional, directivo, no lo podrá ser si deja de ser buena persona.
Es decir, si quieres tener buenos resultados empresariales tienes que empezar por un sitio bien diferente del acostumbrado, hay que mirarse a sí mismos antes de sólo fijarse en la empresa porque quizá el estilo de dirección sea consecuencia del estilo propio actual, que, quizá, usted mismo sea capaz de modificar. Los resultados son una consecuencia y no un fin en si mismo.
Para mejorar en cualquiera de las facetas, olvídese de los resultados y céntrese en el pensamiento.
Si quiere modificar sus resultados, debe pensar diferente. No hay maneras buenas o malas sino diferentes. Un determinado tipo de pensamientos le lleva a un determinado resultado. Habrá que pensar diferente.
Artículo de José Tomás